En el vídeo hemos podido apreciar una muestra, un ejemplo de vida de uno de los máximos exponentes del cinismo o escuela cínica: Diógenes.
La teoría ética de esta escuela se basa, principalmente, en los términos de autarquía, autodominio y ascetismo. De este modo, la búsqueda de toda felicidad solo se puede encontrar en el gobierno de uno mismo, sin la imposición de ninguna norma externa y, sobre todo, dejando de lado a todos los convencionalismos sociales y culturales, los cuales nos dirigen la vida sin que podamos ser participes de ella. Con esta forma de vida, se intenta llegar a un modo de vida austero y muy sencillo, sin ninguno tipo de excesos o cualquier otra acción que conlleve placer. La persona cínica es también aquella que se basta a sí misma sin necesidad de ningún tipo de ayuda. Asimismo, los cínicos consideran que el ser humano lleva en su propia naturaleza los elementos necesarios para alcanzar el bien y la felicidad. De ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz.
Y, en cierto modo, ya su nombre todo lo dice. El término “cínico” procede del griego “kinico” el cual significa perro. Así, este modelo filosófico pretendía la búsqueda de un método de vida similar al de un perro callejero: sin rumbo, sin normas, y dirigiendo su vida tal y como desease. No hay nada más que fijarse en como apodaban al mismo filósofo, Diógenes el Perro.
En el vídeo, ha aparecido una de tantas anécdotas como a Diógenes le sucedían. Es en este tipo de acciones donde se veía la naturalidad y autonomía de sus actos y donde se ponía de manifiesto su verdadera ética. Sus anécdotas son de todo tipo y con toda clase de personajes, tal y como hemos tenido constancia. Un ejemplo lo encontramos en un diálogo que tuvo con Platón, mientras observaba a Platón en un gran convite comiendo aceitunas:
Diógenes: - ¿Por qué causa, oh sabio, navegas a Sicilia en busca de semejantes mesas, y ahora que la tienes delante no la disfrutas?
Platón: - Yo cierto, oh Diógenes, también comía allá aceitunas y cosas semejantes.
Diógenes: - ¿Pues de qué servía navegar a Sicilia? ¿Acaso el Atica no producía entonces aceitunas?
Otro clara y más sorprendente anécdota sucede entre el cínico y el grandioso Alejandro Magno, mientras Diógenes se disponía a descansar en un ciprés:
Alejandro Magno: - Yo soy Alejandro Magno. ¿Quién eres tú?
Diógenes: - Diógenes el Perro.
Alejandro Magno: - Pídeme lo que desees.
Diógenes: - Apártate, que me tapas el sol.
Aunque me he centrado únicamente en la figura de Diógenes, bien se puede decir que no es el único cínico, sino que existen otros filósofos del cinismo de gran importancia como son Antístenes, Crates, Metrocles o Hiparquia.
Pero al igual que he dicho en el resto de teorías éticas, lo importante no es la teoría sino la práctica en nuestra sociedad y forma de vida. En el mundo actual encontramos a personas que se apartan de los valores establecidos y deciden vivir al margen de los demás. Desde los clásicos barbudos instruidos y mal vestidos a los que optan por dormir bajo un puente antes que aceptar las condiciones de un trabajo, podemos observar claros ejemplos de cínicos modernos que prefieren tener una vida alternativa ante lo convencionalmente establecido. En cierto modo este tipo de persona lleva una vida austera y sencilla, disfrutando de los pequeños placeres de la vida y sin la necesidad de estar sometido a ningún tipo de autoridad, es decir una vida autónoma. Pero, ¿qué pasaría si todos decidiésemos seguir este patrón de libertad?
Es ante esto donde presentan los grandes problemas, puesto que si todos tomáramos partido y alcanzáramos estos modelos, en los que se sobre pone la individualidad frente al grupo total, se dejarían atrás grandes logros, como puede ser el Estado de derecho y la sociedad. Con esto me quiero referir a que si aceptar el cinismo presupone, por ejemplo, no pagar impuestos, el Estado como tal se caería. No tendríamos acceso a los servicios sanitarios, nunca se hubiese conseguido ningún avance de ningún tipo, etc. Por todo ello, considero que esta teoría tiene unos fuertes trasfondos éticos pero que, al igual que sucede con todo, no se puede extremar esta postura, tal y como hizo el célebre Diógenes.
Holaaaa, necesito ayuda por favor.
ResponderEliminarCual es el legado actual de la escuela cinica?
Como la has cagado con el último párrafo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el anónimo de arriba. Muy buen artículo pero el último párrafo es desafortunado.
EliminarSinmas
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con todo el artículo, y muy específicamente con el último párrafo,
la postura del cinismo exagerado esta fuera de nuestra comprensión como tal, puesto que la vuelta del hombre a su estado natural es imposible, no podría despojarse de todo ese conocimiento adquirido a través de la experiencia que lo construye como ser, de este modo me atrevo a señalar que el encanto del cinismo radica en cuestionar lo presentado, en el fundamento ético de el autogobierno, un desarrollo introspectivo que todo ser humano debería practicar.
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