El consumismo se ha convertido en los últimos años en el motor de nuestra sociedad. Ya no se tienen en cuenta las capacidades personales, sino que éstas han sido sustituidas por valores como la moda o las compras. Importa más lo que una persona lleva puesto a lo que verdaderamente es; solo se mira si su ropa es "de marca" o de "mercadillo". Mientras que tenga buena apariencia, que más da lo demás. Se respeta más a quien lleva puestos unos “Calvin Klein” o unos “Levi’s”, que a quien sacrifica su vida por los demás y es capaz de abandonar su familia, su hogar por ayudar a quien más lo necesita.
De esta forma, las compras y el continuo consumo se transmiten como verdaderos placeres, como la felicidad máxima a la que podemos acceder y que además las grandes empresas nos la ponen a nuestra disposición como si nos hicieran un favor para conseguirla. Ante esta posición, Epicuro afirmaba que lo importante era no dejarse evadir por tantos y tantos anuncios que llegan a nuestro alrededor y, sobre todo, mantener una reflexión constante con la que poder analizar la situación y encontrar las verdaderas necesidades, consiguiendo al fin el placer y la felicidad.
Es por este motivo, por el cual he realizado el siguiente video en el que queda recogido todo lo expresado anteriormente. Para ello, he empleado el tradicional juego de buscar diferencias, comparando un chico “fashion” con un mendigo. ¿Qué opinas? ¿Crees que se diferencian mucho?
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